Amy pasaba, con desesperación, las páginas del libro sin índice en el que Hermione le habia dicho que podría encontrar respuestas.
Por fín lo encontró. Detener el tiemmpo.
El contra hechizo parecía sencillo. Repetir en reversa cada uno de los movimientos que se había hecho para que se detuviese el tiempo, con un objeto muy querido abrazado contra el pecho.
Bien.... pues... había pateado el suelo... y había gritado...
-¡Dénmelo de una vez!-
Una fuerza enorme aventó a Amy hacia atrás. Como si la mano de un gigante la hubiera golpeado justo en el estómago, y el tiempo volvió a caminar.
Amy dió un grito de alegría.
-Silencio! Que ésto es una biblioteca!.-
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