Capítulo 12: El error de Malfoy

Habían pasado varias horas desde que Ginny y Amanda habían empezado a Jugar al quidditch, y Amanda había demostrado todo su potencial para el deporte, cuando bajaron al campo y oyeron, tras de ellas, una voz que arrastraba las palabras:

-Que pasa...? Ahora los Sangre-sucia juegan al quiddich? Que conmovedor! Sueñan con que si lograra volverse buenas podrían comprale una mejor casa a sus amigos pelirrojos?-

Malfoy estaba allì, montado en su flamante Nimbus 2001, a la altura del suelo sonriendo con descaro.

-Que has dicho?- dijo Amanda, volvìéndose en el acto.

Entonces amanda reparo en quién era malfoy, y apunto estuvo de caerse de la escoba. ¡¿Carlos?!. ¡no podía ser!

Y entonces, algo se encendió dentro del pecho de Amy. Si. Carlos. El mismo carlos que...

-Solo la verdad. Que eres una asquerosa hija de Muggles que no puede tener mas que amigos pobres...-

Draco a punto estuvo de caer de la escoba cuando recibió el puñetazo e la nariz. Por el sonoro ¡Crack! que se produjo, deduzco que Amy acababa de romperle la nariz.

-¡Eso es por Rita! -y Amy le dió una patada en el plexo, que esta vez si lo tiró de la escoba, la cual agarró al vuelo. -¡Y eso es por mi, asqueroso presuntuoso con cara de lombriz!-

Cabe decir que... en el lugar de donde Amy venía, ella y carlos no siempre habían sido amigos. Hace algún tiempo atrás, Carlos era el amor secreto de la segunda mejor amiga de Amy: Rita. Pero Carlos, (que en aquel tiempo no se diferenciaba tanto de malfoy) Se había encargado de romperle varias veces el corazón de una manera tan cruel... Amy nunca había logrado perdonarlo del todo. Aunque más tarde habían hecho las paces, y Carlos había resultado ser amable y tierno después de todo, Amy siempre había sentido que Rita lo había perdonado demasiado rápido. Al ver a Malfoy, Amy súbitamente se había olvidado de que aquel no era Carlos, y de que en este lugar, no existía ninguna Rita. Pero ahora, después de su arranque de furia, empezaba a notarlo, y sus nervios se acrecentaron cuando malfoy, jadeando y con sangre chorreandole de la nariz, había dicho:

-¿Por quién?-

Y Amanda echó a correr antes de que se pudiera decir algo más.