Capítulo 3: Llegada a Hogwarts

Ron abrió la puerta del compartimento.

-Así que aquí están ustedes dos! Los he estado buscando por todo el tren! Creí que los prefectos...-
-Cierto! - Amanda tomó su mochila y echó a correr hacia el primer vagón del tren.
-Pero que le ocurre?-
-No lo sé. Lleva buen rato así.-

Después de un par de horas de viaje, llegaron a Hogsmeade, donde los llevaron a Howarts.

Pero al llegar a Howarts, Hermione se quedó paralizada frente al castillo.

-Así que éste és.-
-Que éste es qué Her?-
-Qué? Ahh... Que este es... el penúltimo año que pasaremos aquí.-

Amanda comenzó a caminar hacia el castillo. Harry y Ron se miraron, Harry se encogió de hombros.

Adelante de ellos, Amanda se tropezó con un agujero en el camino.

-Estas bien Herm?-
-Perfecto, perfecto. Sólo que no ví esto.-
-Pero de que hablas? Es donde me tropiezo casi diario- dijo Ron- que hay con todo eso de que si viera el camino no me tropezaría, que siempre me dices?-
-Odio no saber este tipo de detalles- susurró Amanda entre dientes.
-Que tipo de detalles?-
-Nada, nada. Sólo olvidé que eso estaba alli, de acuerdo?- Amanda se puso de pié y dió otro traspié al echar a correr.

Aunque Amanda no pudo evitar mostrar su asombro al entrar al gran salón. Se quedó de piedra viendo el fabuloso efecto del cielo proyectado en el techo y de las velas flotando en el aire.

-Fabuloso...-susurró
-El qué?- preguntó Harry
-Demonios! Es que escuchas todo lo que digo?-
-Lo siento.- Harry estaba extrañado de que Her le contestara de aquella manera

Amanda dió un suspiro.

-No. Yo lo siento. No debí haber dicho eso.

-Esta vez Harry quedó más extrañado. Definitivamente, había algo diferente en Her. Su acento de londres había desaparecido casi del todo, su inglés parecía completamente llano. Sin acento alguno, talvez incluso un poco newyorquino, pero muy ligeramente. Su forma de hablar y de reaccionar también eran completamente diferentes. Tenía un pequeño mechón de cabello más corto junto a la oreja derecha y no se había arreglado la túnica de igual modo. Harry había notado al ver su maleta en el equipaje, que era más grande, pero menos pesada.

-Pero Hermione...¡¿Qué te ocurre?!-
-Algo que no podrías entender.- susurrò ella, tan bajo que hubiera sido imposible oìrla

Y Hermione se adentró en el gran salón.